Friday 22 January 2010

Viaje a Tokio: Visión general

Saludos a todos los fantásticos lectores del blog ^__^

Como algunos ya sabíais (y si no lo sabíais, un tanto mejor), una servidora se fue de viaje a Tokio a finales del año pasado. Para todas las personas interesadas en el manganime y la cultura japonesa, ese primer viaje es un sueño que se anhela casi religiosamente. Y, una vez cumplido, quedan sonrisas, anécdotas, recuerdos muy especiales y el deseo de repetir.

He pensado que podría ser interesante escribir sobre la experiencia que viví yo e ilustrarlo con algunas fotos. No lo hago para chinchar, porque seguro que todos los que queréis ir a Japón lo haréis eventualmente, así que no hay motivos para tener envidia. Como veo que el texto me va a quedar bastante largo, repartiré esta suerte de reportaje en tres partes: una visión general de Tokio, la visita al Comiket 77 y un paseo por los barrios más otakus de la ciudad. Me propongo subir una parte cada semana. Espero que el texto os resulte interesante y ameno. Si después de leer la entrada os quedáis con alguna duda sobre Tokio, escribidme a life.in.a.glasscase@gmail.com e intentaré resolvérosla.

Sin más dilación, pasamos a la primera parte del reportaje: una visión general de Tokio.

Oh yeah, baby. Te llevaré al paraíso~ [alguien ha visto demasiado anime de mechas]

Camelias, las rosas japonesas.

Bueno, empezamos ya. Algunos os preguntaréis qué demonios hacía yo en Tokio el 27 de diciembre de 2009. O qué banco había robado para tal propósito. Sin embargo, juro aquí y ahora con una mano sobre un tomo de Tezuka que no cometí ningún acto deshonesto. En realidad, viajar a Japón no es tan caro como lo pintan. Es caro si queréis alojaros en un hotel 5* y comer alta cocina día sí y día también. Pero si sois personas jóvenes, inquietas y sencillas, descubriréis que no es para tanto. Vivir dos semanas en Tokio es tan caro como vivir dos semanas en cualquier otra ciudad del mundo.

Museo de la cometa.

Entrada al templo Hie-Jinja flanqueada por torii rojas.

Si mis declaraciones os han dejado intrigados, puedo explicaros las estrategias que seguí yo para viajar gastando lo mínimo. Lo primero es conseguir billetes de avión. Es importante hacerlo con bastante antelación (2-3 meses antes de viajar), buscando a conciencia para dar con la mejor oferta. Yo tuve la suerte de encontrar una super-promoción de la compañía Lufthansa: ida y vuelta por 500€. Baratísimo :-)

También se puede ahorrar en el alojamiento. Una buena opción son los albergues y los hostales para mochileros, que proliferan por Google. Hay que investigar bien los precios y las localizaciones, algo que no es nada difícil teniendo internet. Yo encontré alojamiento en una habitación compartida con cuatro chicas más y estoy la mar de satisfecha. Era una habitación humilde, pero la zona era fantástica (a 5 minutos de la Mandarake más grande de la ciudad) y los propietarios, muy atentos. En total, pagué unos 250€ por las dos semanas de alojamiento.

Tienda de amuletos.

Teatro Kabuki-za.

¿Y la comida? En Japón no hay problema con eso. Se come muy bien, tengas o no dinero. Los obento de los supermercados están buenos; la comida de las paraditas en la calle, deliciosa; y los restaurantes, geniales. Uno se puede atiborrar de sushi en un restaurante con cinta giratoria (se llaman kaitenzushi) por menos de 10€. Si el dinero se ha ido volando en las tiendas de manga, se puede recurrir al ramen o los onigiri. La cuestión es que no es necesario arrastrarse a un McDonald's, la mayoría de las veces la comida tradicional sale más a cuenta.

Vista nocturna desde el mirador Tokyo City.

Iluminación navideña en Roppongi Hills.

Así pues, las tres necesidades que generan más gastos (viaje, alojamiento y comida) quedan cubiertas. No creo que los viajes organizados por las compañías turísticas sean un despilfarro, tienen la gran ventaja de contar con un plan de viaje y estar organizados. Pero organizar el viaje uno mismo es emocionante. Es cierto que hay que tener iniciativa y no desfallecer ante los imprevistos, pero os aseguro que el resultado es gratificante. Soy, por tanto, partidaria de viajar de forma independiente y os lo recomiendo a todos.

Paradita de okonomiyaki.

Pareja de japoneses con ropa tradicional ^w^

Estatua de Hachiko, en Shibuya.

Después de esta introducción práctica, paso a hablaros de la vida en Tokio. ¿Cómo es vivir en la capital de Japón? Pues como en cualquier otra ciudad del mundo. Sonará vulgar, pero es así de simple. No es otro planeta, no es otra galaxia, sólo una ciudad más del planeta Tierra. Hay coches, calles, edificios, parques, puentes, un montón de personitas parecidas a hormigas... Sí, a grandes rasgos es lo mismo que en cualquier otra ciudad. No obstante, si después de contemplar la ciudad a vista de pájaro descendemos, veremos que hay centenares de matices que hacen que Tokio sea especial, sorprendente, única.

La primera comparación que me vino a la cabeza cuando fui a pasear por Nakano-ku (el barrio en el que me alojaba) es que vivir en Tokio es como vivir en un manga. Cualquier letrero en la calle, cualquier autobús o estación de metro, cualquier persona joven con la que me cruzaba me parecían sacados de las páginas de una de esas historias que me son tan queridas. Es más que lógico: los manga los dibujan japoneses que viven en Japón, se inspiran en su propio entorno y reflejan esos pequeños detalles que tanta gracia nos hacen a los extranjeros.

Ropa lolita en la tienda Putumayo.

Fotos de Hide, Hyde y otras estrellas del j-rock en una tienda de Harajuku.

¿Queréis algún ejemplo de ese tipo de detalles? ¡Los pachinko! Hay muchísimos pachinko, casi en cada manzana hay uno. Son ruidosos y estridentes, y he pasado por más de un momento incómodo cuando no sabía diferenciar entre un pachinko y un centro recreativo normal y corriente. Otra cosa que es curiosa y que he visto en algún manga seinen son las facilidades que hay para los invidentes. En la mayoría de los semáforos hay altavoces que emiten señales sonoras para indicar cuando se debe cruzar. Y en las aceras hay bandas rugosas para que sea más fácil orientarse con el bastón.

Músico callejero en Shibuya.

Otro músico callejero, tocando un shamisen.

Otro ejemplo. Cuando entras en una tienda, ya sea un local de 4 m2 o unos grandes almacenes, siempre te saludan con un "irasshai" o similar. Personalmente me molesta, tengo la impresión de que estoy comprometida a comprar algo a cambio de su amabilidad. Pero no es así, los japoneses son educados casi por costumbre. Se lo comenté a algunos conocidos y me dijeron que es como algo automático: se da la bienvenida, se es atento, se dan las gracias, se intenta ayudar si hay algún problema... es como respirar, no se les olvida. Y, qué queréis que os diga, me parece una costumbre muy saludable.

Luchadores de sumo en el templo Meiji-Jingu.

Un cuadro en el Museo de Arte Contemporáneo.

Ya que he empezado a hablar de los japoneses, me gustaría comentar la impresión general que me he llevado. No es más que una generalización hecha después de dos escasas semanas en el país, pero es mi visión y quiero hacerla constar. Los japoneses me han parecido gente muy solícita y amable. Cuando me perdía por la calle, no había ni una persona que se negara a orientarme. Algunos incluso se acercaban para preguntarme si estaba bien (al ver mi expresión de desesperación extrema, supongo). Un caso curioso fue un señor que rondaría los 70 años, al que le pregunté cómo llegar a la estación. Se lo pregunté en japonés (aunque sean dos palabras, a los japoneses les encanta que hagamos el esfuerzo de hablar su idioma) y el abuelito me contestó muy amablemente en inglés. Creo que me quedé un par de segundos mirándolo con brillitos en los ojos, era demasiado genial.

Tablero y fichas de go en el Museo Nacional de Tokio.

Tallas de madera: una lechuga y una lagartija en un palo. Museo Nacional de Tokio.

Eso de que los japoneses hablan mal el inglés es sólo un tópico. También he escuchado que los españoles hablan fatal el inglés. Y en la vida real se encuentra todo, desde negados hasta genios. Creo que más bien es cuestión de tener ganas de comunicarse y de tener paciencia. Siempre va bien saber unas palabras en japonés, requisito que más o menos cumplimos todos. Y no es de extrañar, después de tantísimas horas delante de la pantalla viendo anime, lo mínimo es saber decir "hola", "gracias", "perdona", "imbécil, para" o "me gusta el manga". Si no hay forma de hacerse intender ni en inglés, ni en japonés ni en español (¿quién sabe? se puede probar), se puede recurrir a los gestos, el lenguaje más expresivo y universal. ¡Os garantizo que funciona!

Festival de los bomberos, en el Tokyo Big Sight [y un chico que me recuerda a Nozomu Itoshiki].

Estatua de la libertad con la bahía de Tokio de fondo [es real, no es una coña mía].

Quizás dé la impresión de tener una visión un tanto idealizada de Tokio. La comida es buena, la gente es maja, es la cuna del manga, las callen son limpias y seguras. Pero no todo es perfecto, eso está claro. Por ejemplo, se nota que hay problemas de espacio. Las calles del centro tienen un tamaño modesto comparadas con las calles europeas, los pasillos de las tiendas son estrechos, incluso el mirador de la torre de Tokio me pareció abarrotado. Si se toma con filosofía, uno puede olvidarse de ese inconveniente. Sí, a veces hay que respirar un par de veces y sentarse un momento, el ritmo de Tokio puede ser brutal. Una vez recuperado el aliento, uno se puede volver a sumergir en la metrópolis que nunca se acaba, y dejarse sorprender por las excentricidades y los tesoros que esconden sus calles.

Muestras de comida de plástico en un escaparate en el Foro de Tokio.

Gato japonés, durmiendo en un cat café.

Para terminar esta sección, he decidido hacer mi "top ten" de los lugares que más me han gustado de Tokio. Antes de viajar me empapé de todo tipo de información turística y me ha parecido interesante intentar hacer una mención de los lugares más curiosos, como hacen en algunas guías. Tokio es enorme y es imposible ver la ciudad en unos días, ni en unas semanas. Tal vez en un año, no lo sé. Los lugares que se encuentran en la lista de abajo son los que he disfrutado más, a los no me importaría volver.

1. Comiket. Sin duda, mi número uno. Es una gran fiesta de fanzines (doujinshi) en la que los sueños se hacen realidad. Quiero, no, ¡debo volver!

2. Museo de arte Mori. Un museo muy interesante, con exposiciones itinerantes y explicaciones en inglés. La vista que hay desde el mirador del museo es una pasada, es más alto que la torre de Tokio.

3. Ikebukuro. Es un barrio muy animado por la tarde, cuyo principal atractivo (en mi opinión) es la otome road, la calle de las fans del yaoi. Es como estar en casa.
4. Akihabara. El barrio de los otakus no deja indiferentes. Me lo imaginaba más grande, pero el ambiente es genial, muy geek todo.

5. Torre de Tokio. Es bastante caro y las vistas no son las mejores de la ciudad. Sin embargo, se trata de un lugar representativo, el símbolo de Tokio y vale la pena visitarla.

6. Onsen (baños termales) o sento (baños públicos). Cualquiera de las dos modalidades (se pueden encontrar los dos tipos de locales sin salir de la ciudad) es ideal para darse un remojón agradable y descubrir por qué los japoneses adoran bañarse.

7. Teatro Kabuki-za. Un edificio precioso (que, al parecen, van a reformar pronto), en el que se puede ver un espectáculo de kabuki, una corriente de teatro japonés. El escenario y los trajes son muy vistosos; los espectáculos, una gozada.

8. Shibuya. No puede faltar el barrio de la moda. Es divertido pasear entre gente joven, hacerle fotos a la estatua de Hachiko o curiosear por las tiendas.

9. Meiji jingu. Es un santuario sintoísta, que se construyó en honor al emperador Meiji, que abrió Japón al resto del mundo. Está rodeado por una gran zona verde y es un buen lugar para observar las costumbres de los japoneses.

10. Un café temático. Un café de sirvientas, un café de mayordomos, un café de cosplay, un café de gatos... Los hay para todos los gustos y vale la pena pasarse por alguno, es una experiencia muy curiosa.

Señalización de los vagones para mujeres, metro de Tokio.

Muchas gracias por leer hasta aquí. Dentro de una semanita volveré con la segunda parte del reportaje, en la que relataré mi experiencia en el Comiket 77.

¡No os lo perdáis!

3 comments:

Anonymous said...

como diria Gilbo. AWESOME!!!

Anonymous said...

Pucha, que suerte. Algún día haremos eso nosotros también xD..q genial!!!

Kano said...

Whoa... OoO
Aún lo estoy intentando procesar... ¡HAS ESTADO EN TOKYO! *0*
Qué genial... Me alegro muchisimo que te fuera tan bien. ¡No me voy a perder ninguna reseña! >-<

¡Kuidaos! =D